El tratamiento con Carbón se basa principalmente en un fenómeno natural de adsorción en el cual las moléculas de gas o líquido quedan atrapadas en la interfase externa y/o interna del sólido. El gran área superficial y las fuerzas de London dan lugar a estos fenómenos de adsorción.

La purificación de fluidos con carbón activado puede localizarse en cualquier parte de la secuencia operacional de una planta desde la purificación de la materia prima hasta el mejoramiento de la calidad del producto final (para la remoción de trazas de componentes indeseables). Los efluentes industriales también pueden ser tratados con carbón activado para remover compuestos orgánicos indeseables.

El carbón activado consiste en una azarosa (pero semi-organizada) distribución de numerosas plaquetas de grafito. Las fuerzas que  fijan a los productos para ser adsorbidos (Fuerzas de dispersión de London) son muy fuertes pero sólo a cortas distancias. Esto significa que los fenómenos de adsorción no dependen de parámetros externos como la temperatura y la presión.

La materia prima y los procesos de producción utilizados en la manufactura de carbón activado son las bases de las diferentes propiedades físicas y de la distribución de tamaños de poro que pueden encontrarse en los distintos grados comerciales de carbón.

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